Reseña de Matías Bakit sobre el segundo libro de la saga "Capriana: El temple de Monterdal"

“Capriana: El temple de Monterdal”: Un gigantesco paso adelante en esta saga

Catalina Salem resuelve de forma brillante los puntos débiles de su primer libro, para así entregar una segunda parte que es imposible no devorar como lector. Y con un gran personaje principal.
Matías Bakit, Equipo de Literatura Fantástica
La primera novela de la escritora chilena Catalina Salem, titulada “Capriana: El despertar de la Hija de Azulia”,  generó reacciones encontradas en mí cuando la leí ya hace un par de años.
En ese momento pensé, por una parte, que había un personaje principal —que era Capriana— con un potencial  enorme, muy bien construido, con un desarrollo realista y que generaba una empatía instantánea en quien lo leía. Un personaje, en otras palabras, que generaba cariño.
Capriana - El Temple de Monterdal
“El Temple de Monterdal” es la segunda entrega de la saga “Capriana”, de la escritora chilena Catalina Salem.
Lamentablemente, junto con esto —y pese a que el libro está muy bien escrito— esta novela carecía (salvo en el principio y el final del libro) de conflicto. Veíamos cómo el personaje se desarrollaba pero, pese a que Capriana —la hija del senescal de Azulia, o sea, una princesa de importancia en el mundo de Ástur— estaba en un viaje inusual para su edad, su evolución era un proceso de maduración absolutamente normal.
No había un detonante especial, no había mucho que la empujara, ni tampoco situaciones muy fuera de lo común. En palabras concretas, la aventura comenzaba, pero no llegaba a concretarse.
Pues bien, en la segunda entrega de esta saga, “Capriana: El temple de Monterdal”, este problema está totalmente solucionado. Y con creces. Tanto así que, de sorpresa, me encontré con una novela llena de acción, entretenidísima e imposible de dejar de leer.
Catalina Salem vuelve a construir, brillantemente, un personaje con el que el lector desarrolla una química instantánea. Para mí, el principal mérito es la forma en cómo se produce su evolución, la forma en cómo termina viviendo todas sus aventuras, de manera totalmente realista.
Y es que Capriana no es realmente una heroína típica. Ni siquiera me queda tan claro que sea una heroína a secas. Ella simplemente cumple el rol que le tocó. Y para eso aprende, se entrena, sufre, siendo —casi siempre— imperfecta en sus acciones y decisiones. No hay aparentemente (menos mal) una “chosen one”. Este es un personaje completamente real.
No todo, claro, son exploraciones, batallas, etc. También encontramos el conflicto en las relaciones personales de Capriana. En este libro, los personajes secundarios son mucho más interesantes que en el primero, siendo muy importantes en el desarrollo de la protagonista. Vale la pena rescatar que también está muy bien construida la relación amorosa del libro. Para Capriana es un oasis dentro de la inminente guerra. Y para el lector funciona igual.
Atención, además, con el final, que es sorprendente, oscuro y atemorizante.
En resumen, un libro muy bien logrado, absolutamente recomendable para todos. Solo un punto de cuidado. La forma en la que el mal, la oscuridad, se manifiesta, me pareció demasiado familiar, quizá muy parecida a otras fórmulas del género.
Pueden encontrar el libro en Amazon.com, tanto en versión papel como en versión Kindle,  y en la página de Buscalibre.
Fuente: http://www.guioteca.com/literatura-fantastica/capriana-el-temple-de-monterdal-un-gigantesco-paso-adelante-en-esta-saga/


También pueden leer la entrevista que Alberto Rojas me hizo con ocasión de la publicación del segundo libro haciendo click aquí.

C.S.G.

Una novela de fantasía épica diferente

León de Montecristo
Autor de "El último rey"
Tuve mi primer acercamiento a CAPRIANA hace un par de años, poco después de conocer a su autora, con la que coincidimos en un lanzamiento literario. Había escuchado de su novela por boca de un amigo, pero solo entonces tuve el impulso de sumergirme en sus páginas. Y me llevé una grata sorpresa al hacerlo.

Desde el primer momento me di cuenta que CAPRIANA, LA HIJA DE AZULIA (primer libro de esta saga) era un libro diferente. No solo por la circunstancia de que su protagonista fuese una mujer, un hecho que no es inaudito pero que, siendo poco habitual en la literatura fantástica en general, es particularmente raro en Chile; ni por el notorio hecho de que la autora se haya alejado de la corriente imperante —asidua a las novelas río tan en boga en el género hoy en día—, al presentarnos deliberadamente una única visión: la de su protagonista, de modo que el lector solo sabe de los personajes que entran o salen de escena en la medida que Capriana tiene noticias de ellos, agregando un sutil toque de realismo a la obra. Esos elementos distinguen esta saga, es cierto, pero lo que realmente hace diferente esta novela (y su continuación) de las demás es la maravillosa forma en que aborda la fantasía épica, un género raramente escrito en Chile y denostado en forma injusta por un sector de la crítica literaria nacional, incluso dentro de la corriente fantástica.

Pero ¿qué tienen de especial estas novelas de Catalina Salem que le han valido una fidelidad irrestricta por parte de sus lectores? Pues bien, el elemento épico aquí está dado por un inusual viaje del héroe —heroína en este caso—, que no necesita abusar del recurso macabro y sangriento tan usado en la fantasía épica de hoy para ganar la atención de los lectores. El viaje de Capriana, aunque físico y lleno de aventuras, se produce de manera mucho más intensa en su interior. Catalina Salem no ha confundido el término «épico» con «guerra» —aunque está presente en la novela—, palabras que en caso algunos son sinónimos, aunque tengan puntos en común. Basta recordar el sentido último de la palabra «épica», referido a los cantos o poemas de la antigüedad que narraban, originalmente en forma oral, las leyendas fabulosas sobre dioses, héroes y antepasados ilustres de una comunidad humana, pero que simbólicamente representan la superación de nuestros propios obstáculos a lo largo de la vida. Y la vida está llena de sucesos extraordinarios que solo pueden vivirse en la intimidad de lo cotidiano. En este sentido, CAPRIANA es capaz de provocar tensión y emociones en el lector sin, necesariamente, desenvainar una espada, y eso es un mérito que habla de la habilidad literaria de su autora y de la originalidad de su propuesta.

Todos estos elementos se repiten en esta nueva entrega. CAPRIANA, EL TEMPLE DE MONTERDAL, que agrega, eso sí, cierto elemento bélico, pero mayormente para destacar el crecimiento de la protagonista. Las vivencias —dramáticas por momentos— que va viviendo Capriana, dejan marcas en ella, consolidan su carácter y la ayudan a observar el mundo que la rodea, y sus problemas, con una nueva perspectiva, de modo que la muchacha que el lector conocerá al finalizar esta segunda entrega será muy distinta de la inocente niña que abandonó su hogar al comenzar el primer libro.

En favor de Catalina Salem, hemos de decir además que la claridad de su prosa hace que el lector se vea transportado de inmediato a parajes ancestrales y primigenios, a épocas y lugares que permiten un agradable escape. Las descripciones de la autora tienen la nitidez y la visión privilegiada de quien sí ha vivido en los ambientes patagónicos del fin del mundo, empapándose de ellos de un modo que jamás podrá comprender quien solo ha escuchado de esos lugares o los ha contemplado a través del registro fotográfico. Aquello queda de manifiesto en las páginas surgidas de su pluma, permitiendo a quien las lea, literalmente, vivir los paisajes australes. Hoy, que me ha tocado el honor (y el agrado) de ser uno de los presentadores de esta nueva entrega de CAPRIANA, yo les invito —no, los conmino urgentemente— a leerla. Será el comienzo de un viaje inolvidable.

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Prólogo para "Capriana: El temple de Monterdal"


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El desafío de construir un mundo

Alberto Rojas Moscoso, autor de las novelas
 de Leyendas de Kalomaar y de La sombra de fuego.

Tiempo. Eso es lo que exigen los libros, ya sea para escribirlos o leerlos. Y los buenos libros, esos que sorprenden y se vuelven entrañables, demandan aún más tiempo.
Es el caso de la saga de fantasía épica “Capriana”, cuyo camino comenzó hace ya bastantes años, en 2007, cuando su autora, Catalina Salem, tomó la decisión de sentarse frente a un computador para poner en palabras la historia que durante años se fue construyendo en su mente. Y cuyo segundo título, ahora tienes en tus manos.
Toda novela exige la capacidad de construir un relato, una historia coherente capaz de atrapar la atención ―cada vez más dispersa, por cierto― del lector. Así como delinear los personajes que van a poblar dicha historia. Sin embargo, cuando hablamos de fantasía épica, estamos en un terreno diferente. Un contexto en el cual los celulares, computadores, autos, bancos, medicinas y aviones comerciales ―solo por mencionar algunos elementos de nuestras vidas― simplemente no existen. Por lo tanto, a diferencia de una novela policial, romántica o de otro género, aquí es necesario “empezar de cero”.
Construir un mundo fantástico es como enfrentar la tela en blanco, tratando de decidir qué color marcará el primer trazo. Es necesario crear una geografía, una estructura política, social e incluso religiosa; sin mencionar aspectos más prácticos, como su economía.
También debe haber un pasado, una historia que explique y soporte el peso del presente que estamos construyendo. Y claro, personajes. Hombres, mujeres, niños, ancianos, criaturas no humanas, etc., capaces de interactuar entre sí y ―por qué no decirlo también― con el lector.
Con arrojo, Catalina Salem ha recorrido este largo y desafiante camino. Así quedó de manifiesto en "Capriana: El despertar de la hija de Azulia" (2012/2014) y ahora con “Capriana: El temple de Monterdal” (2015).
Cuidando cada detalle de las descripciones y la trama, eligiendo cada palabra para delinear la personalidad o actitudes de un protagonista, esta autora chilena ha dado vida a un nuevo mundo fantástico.  Uno al cual podemos entrar ―o regresar― a través de las páginas de sus libros cada vez que así lo deseemos.
Y claro, nadie puede definir mejor su obra que la propia autora. Hace algunos años tuve la oportunidad de entrevistar a Catalina cuando publicó la primera entrega de su trilogía (aunque recientes rumores hablan de un cuarto libro, aún inconcluso) y frente a la pregunta de por qué había elegido este género y no otro, me respondió lo siguiente: “La fantasía épica me gusta porque se presenta como el mejor escenario para tratar las aspiraciones más profundas del ser humano, llevarlo al límite de sus principios y creencias, y hacerlo aferrarse a aquello que es esencial e imperecedero. Siempre me ha hecho reflexionar en torno a la vocación del hombre o la mujer para alcanzar grandes cosas, para buscar su lugar en el mundo”.

El mundo de “Capriana” existe en el nuestro gracias a los libros de su autora. Son puertas a través de las cuales podemos “perdernos” en sus bosques y montañas, cruzar sus ríos o participar de terribles batallas. Y al igual que sus protagonistas, salir del libro convertidos en personas diferentes. Que es lo que siempre hacen las grandes historias.

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