Mapa de la Tierra de Ástur



Estimados amigos y amigas:


 Les presento el mapa de la Tierra de Ástur que irá en el interior de cada libro. 


 A provecho de agradecer a su ilustrador, Fabián Rivas quien, con mucha paciencia y guiado sólo por las palabras, supo dar forma al fantástico mundo de Capriana


¡Espero los ayude en la aventura que están por emprender!


Afectuosamente, 


 C.S.G. 

Invitación al Lanzamiento del Libro por PdE



Estimados amigos y amigas:


 ¡Están cordialmente invitados al Lanzamiento de Capriana!

 Ahora ustedes, como lectores, son los llamados a participar de esta apasionante aventura épica.




 ¡Los espero!


 C.S.G.

Portada de "Capriana" por PdE

Estimados amigos y amigas: 

¡Les presento la portada de CAPRIANA, el despertar de la hija de Azulia!

Dentro de los próximos días les estaré contando, aquí mismo en el blog, sobre el lanzamiento del libro por Editorial Puerto de Escape, junto con otras sorpresas más, como el esperado mapa de la Tierra de Ástur!!
¡Espero que les guste tanto como me ha gustado a mi!



Publicación de "Capriana" por PdE







Estimados amigos y amigas:

 Me es muy grato hacerlos partícipe de la feliz noticia que Editorial Puerto de Escape, única casa editora chilena especializada en Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, ha aceptado publicar mi novela "Capriana", y pronto tendremos novedades impresas...!!!

 ¡Los invito a estar atentos a las noticias que iré publicando!

 Un abrazo a todos,
 CSG

Sobre la creación de la Tierra de Ástur y Capriana

Me apasionan las historias. Me apasionan aquellas historias de vida y me apasionan las personas que tienen una historia que contar. Crecí escuchando historias. Cómo olvidar aquellas ajetreadas mañanas en la cocina de mi abuela, allá en su casona en el Lago Yelcho, o esas tranquilas tardes en el huerto. Mientras sus manos gruesas y curtidas revolvían una cazuela o apartaban los pastos de la siembra, de su boca salían historias.

 Mujeres, una tierra indómita y desconocida, un clima inclemente, bosques, ríos, el Lago y un baúl de libros abandonado.

 Cómo olvidar los viajes con mi abuelo en su lancha "Cristina", por las lacustres aguas del Yelcho. Mi escasa estatura infantil era remediada con el honor de sentarme en el asiento de capitán a fin de no perder de vista el horizonte teñido del verde de los bosques. Si me portaba bien, tenía el privilegio de escrutar las cumbres con los pesados prismáticos que mi abuelo cuidaba con el celo de un marinero (de agua dulce, él aclaraba). Su porte, semblanza de una raza extranjera colonizadora, acompañaba el timón de "La Cristina" mientras por su boca salían historias.

 Hombres, la fortaleza de la juventud, la impenetrabilidad del bosque, el agua, los temporales, el hambre del Lago que llamaba a algunos a sus entrañas.

 Había dolor en aquellas miradas que estudiaban las mismas cordilleras que mojaban sus faldas en las aguas del Yelcho, había resignación y había respeto.

 ¡Cuantas historias! Pepitas de oros en los ríos, un valle escondido con aguas termales, playas vírgenes con arenas plomizas. Ventisqueros, baluarte de las montañas, rocas cortadas en picada hasta tocar el cielo. Ulmos, arrayanes, canelos, lumas y cipreses, el chucao y los zorzales. ¿Cómo no imaginar una historia?

 Fue precisamente allí, en esas orillas boscosas, donde mi imaginación me transportó y apareció Capriana. El escenario ideal, el escenario perfecto. Azulia, mi punto cero en el mapa de la Tierra de Ástur.

 La historia de Capriana fue perfilándose lentamente, escenas como destellos de luz que aparecían en mi mente, que recordaban desde Santiago el frío y el viento patagónico, el coirón que no importara dónde yo estuviera, sabía que seguía inclinándose en ese momento hacia donde soplara el viento. El olor a caballo, la agitación de sus crines, el olor a cuero y esos resoplidos que para mí son ronroneos. Pura nostalgia.

 Pero Capriana no es una historia del sur de Chile, no es una historia de chilenos. Es un mundo fantástico que recoge recuerdos, anhelos, aspiraciones, ideales y vidas humanas. Es una aventura personal, el relato de una imaginación que siempre me ha resultado desbordante, que me ha entretenido en momentos de ocio, alejándome de aquello que recurrentemente el hombre moderno llama aburrimiento. 


 Quien escribe estas líneas, es la misma que de pequeña hacía hablar a las flores; la que enfrentada a un plato de comida, prefería hacer conversar a los fideos; la que de un montón de astillas, inventaba familias de barcos que surcaban las olas en la orilla del Lago. Alejada de los caballos, el palo verde de un helecho cumplía igual propósito, y sus delicadas ramas eran la majestuosa cola que cualquier equino hubiese deseado.

 A medida que fui creciendo, los juegos infantiles dieron paso a las lecturas. Leer para mí siempre ha sido una comunión con mi imaginación, ávida de nuevos contenidos y formas, como un músculo que requiere de constante ejercicio y atención.

 Pero llega un punto en que no es suficiente, en que la imaginación deja momentáneamente de escuchar al resto y quiere contar su propia historia. Desde entonces mis manos no han parado de escribir.

 Escribir, al fin y al cabo, para mí se ha transformado en una necesidad de desborde. Jamás pensé en escribir un libro, pero aquí estoy. Los libros son el punto de encuentro, el lugar común, la plaza pública de la imaginación de escritores y lectores.

Por eso, que los escritores no se cansen de escribir y los lectores de leer. El mundo se vuelve más gris sin imaginación, y como nos enseñó Ray Bradbury: Un mundo sin libros es, finalmente, un mundo menos humano.

Último viaje de la "Cristina", Lago Yelcho




Ciudades y Pueblos de la Tierra de Ástur


AZULIA

El país del Lago Azul. La ciudad de Azulia fue fundada por Ástur el Conquistador, primer rey de la Tierra que lleva su nombre. En la época de los reyes, Azulia extendía su protectorado hasta Ambrosía, la ciudad de los Gobernadores; era el último bastión del rey en las tierras del sur.
Azulia es gobernada por la Casa de los Senescales, quienes a través de doscientos años han custodiado y ejercido los derechos del trono. Tras la época de las Grandes Guerras, su protectorado alcanza Martilia y Letania.
Los colores de Azulia son azul y plata, y su emblema es un cisne.
En el tiempo del Senescal Simpronio, Azulia se ve enfrentada a nuevos tiempos de guerra: Drokous, sucesor de la Casa de Ranzor, deja Drokmer en el Gran Bosque para levantar la nueva Fortaleza de Drokmak, en el linde occidental de la frontera de Azulia. 


 MARTILIA

Protectorado de Azulia, Martilia se ubica en la desembocadura del Río Hunthil, junto al mar. Las esplendorosas murallas del Castillo Blanco, fueron levantadas por Martilio, uno de los oficiales del rey Ástur que quedó a cargo de la flota en la que llegaron los primeros hombres que escaparon de las calamidades del Antiguo Mundo.
Martilia es un señorío de la Casa de los Navegantes, sus colores son azul y blanco y su señor es Octhiliano.



LETANIA

Protectorado de Azulia, Letania se ubica en las planicies cordilleranas al este del país del Lago. Su pueblo está formado por clanes ganaderos, reconociendo por señor al Senescal de Azulia. 
El acceso a Letania es peligroso por sus abruptas montañas rocosas, y una vez traspuesta, el viento azota la tierra como si esa fuera su morada. Su límite con el país del Lago tiene como bastión la Guardia Oriental de Azulia.
El color de Letania es el verde.






LOS EQUESTROUS

Los señores de los caballos. Su ciudad se llama Etínora y los rige el rey Vartimoneo. De las Antiguas Alianzas que forjó el rey Ástur en su época, los equestrous se han mantenido leales a Azulia, siendo uno de los aliados más poderosos con que cuenta el país del Lago. Sus extensas planicies de coirón en los márgenes del norte del Río Elquén, se extienden hasta la última frontera conocida por los hombres hacia el sol naciente. Más allá habitan los pueblos salvajes, dueños alguna vez de una tierra conquistada. 
Los colores del los equestrous son verde y escarlata.



LOS TÁRDACOS

Son un pueblo bélico que habita en el cordón montañoso de la costa. Su ciudad se llama Patrarim y los rige un rey, Ernectus. Sus ejércitos no son tan numerosos como los de Azulia, pero sí son los más letales. Junto con los garcónderes, los tárdacos tienen una cultura bastante avanzada. Emigraron desde el Antiguo Mundo siendo ya una de las civilizaciones de más larga data.
Sus hombres se identifican por capas escarlatas, y su escudo lleva grabadas las fauces de un lobo. 





LOS GARCÓNDERES

El pueblo del cóndor. Es la cultura más esplendorosa de la Tierra de Ástur. Desde las Grandes Guerras, en que sufrieron la traición de uno de sus aliados, ocultaron sus ciudades al resto de los pueblos.
Para la supervivencia de su civilización, crearon cuatro nuevas ciudades bajo el señorío de cuatro Casas: la más importante, Monterdal, bajo el señorío de Emedros; Ogderdal, bajo el señorío de Dimbos; Larfendul, bajo el señorío de Alianor; y Romardal, la ciudad de los puertos a través de los cuales los garcónderes vuelven a emigrar.
Sus príncipes llevan los colores verde y dorado.